La batalla de Inglaterra

(2a Parte)

LA BATALLA DE LONDRES

 


    Los aviones volaban a 4,000 metros, apenas emergiendo de la capa más alta de nubes. La ruta iba en dirección a Londres, hacia el Oeste.
Los diques situados al este de la gran ciudad, en los meandros en forma de U del Támesis que eran el objetivo.
Horst Zander, radiotelegrafsta a bordo de uno de los Do-17, observaba el cielo hacia los lados y por detrás del aparato. A su
izquierda y derecha podía ver a los otros aviones de la sexta escuadrillas de la III Escuadra de Bombardeo. Cerca también podían verse las otras escuadrillas del segundo grupo. Por delante y por detrás de la formación a altura algo mayor, volaban los grupos restantes. El conjunto iba en cerrada formación. Por otras rutas se aproximaban también a su objetivo común, Londres, diversas unidades de bombardeo. Mas arriba, por encima de la formación de bombarderos, evolucionaban los aviones de caza.
"Lo único que faltaba eran los ingleses", pensó Zander, mirando el
reloj; eran las 13 horas del dia 15 de Septiembre de 1940. Era domingo.

 


Bombarderos Do-17 en formacion


En aquel momento comenzó la batalla. Desde hacia una hora las estaciones de radar inglesas seguían los movimientos de las
unidades alemanas. Habían detectado la concentración de grupos al otro lado del canal, sobre Francia septentrional, la reunión de los cazas con la formación de bombarderos y finalmente, el vuelo del conjunto de unidades que se acercaban a Inglaterra en cerrada formación.
En los auriculares del intercomunicador oyó de repente Zander la voz del observador y comandante del aparato primer teniente Laube:
-¡Cazas enemigos al frente!
Eran Spitfires de la 72 a la 92 escuadrilla. por parejas para obtener una mayor potencia de penetración en la formación que iban a interceptar. Los jefes de Escuadrilla ingleses no aguardaron a tener una posición favorable respecto a los aviones alemanes, sino que se lanzaron a su misma altura y derechos, en ataque frontal, contra la formación de bombarderos germanos. Eran varias docenas de Spitfires atacando de frente, desplegados con gran amplitud. Disparaban constantemente con sus ametralladoras, por dos veces oímos un fuerte crujido a nuestro lado, dos de los cazas ingleses debieron de chocar contra dos de los Do-17 de nuestro grupo.


Un Spitfire MKI atacando un Dornier Do-17


Los aviones en llamas descendían en espiral. Bajo nosotros vimos un par de paracaídas abriéndose. Nos miramos y levantamos los pulgares hacia arriba en ese universal signo para desearle al compañero buena suerte. Esta vez al menos nos habíamos librado de la colisión al cruzarnos con los cazas enemigos.
La Escuadra de Bombardeo núm.3 cubrió los huecos abiertos por el primer asalto de la Caza enemiga. Los aparatos alemanes
cerraron aun mas su formación, prosiguiendo imperturbables rumbo a Londres.
Cinco minutos mas tarde, el vicemariscal del Aire Park, ordeno el despegue de las ultimas seis escuadrillas de caza que habían permanecido hasta el momento en reserva. Además , las 12 Agrupación de Caza, que estaba situada al norte de la zona, envió
cinco escuadrillas mas hacia el sur como esfuerzo. Estas escuadrillas se dirigieron directamente hacia Londres en formación cerrada. Los aparatos alemanes que viraron hacia sus bases emitieron con resignación informes como este :
"Sobre el objetivo hicieron su aparición cazas enemigos en grandes formaciones de hasta ochenta aparatos"
Una cosa semejante no había sucedido en los días precedentes. Los Spitfires y Hurricanes se lanzaban contra las formaciones alemanas de bombardeo en forma aislada, y Londres era defendida casi siempre con exclusividad por la siempre certera y potente artillería antiaérea.
Este hecho parecía confirmar el definitivo debilitamiento de la fuerza de Caza enemiga.
Por lo tanto, la sorpresa fue enorme al ver aparecer el 15 de Septiembre centenares de cazas ingleses, que se lanzaron sobre las
unidades alemanas de bombardeo. Poco después de las 13`30, en el punto mas encarnizado del combate, había en el aire alrededor de 300 Spitfires y Hurricanes simultáneamente. Sobre todo el sudeste de Inglaterra, desde la costa del canal hasta Londres, se desarrollaban numerosos combates aéreos. Aquel día no llego hasta el objetivo ningún avión alemán de bombardeo que no fuese hostigado por la Caza británica.
En aquellos momentos, en su puesto de mando subterráneo de Uxbridge, el vicemariscal Park recibía una importante visita : el primer ministro Churchill había abandonado su residencia de Chequers, a fin de captar sobre el terreno el desarrollo y conducción de la batalla en un momento clave. En silencio seguía desde su sitio lo que allí estaba "cociendo" en medio de una atmósfera de tensión. El tablero con el mapa mostraba la cambiante situación de información aérea, las auxiliares femeninas movían sobre el mapa unas piezas de colores.
Estas representaban las formaciones alemanas detectadas. Cada vez se aproximaban mas hacia Londres.


Centro de operaciones de la RAF

 


En la pared de enfrente, una pizarra iluminada mostraba el grado de alerta de todas las escuadrillas de caza inglesas: es decir, si
estaban listas para despegar, si tenían asignada misión, si estaban combatiendo o si se dirigían a repostar munición y combustible.
Al poco rato todas las escuadrillas estaban en el aire y enzarzadas en combate. Sin embargo, nuevas formaciones de bombarderos alemanes se acercaban a la capital del Reino Unido. El momento critico había llegado: si los alemanes enviaban una nueva oleada de bombarderos, no habría ya ninguna escuadrilla que oponerles.


El fragor de la batalla aerea era evidente en los cielos de Londres

 Churchill, que hasta aquel momento había permanecido en silencio, se volvió hacia el vicemariscal Park y le dijo con voz áspera:
_¿Que tiene usted aun en reserva?
_Nada mas - respondió Park - Ni una sola escuadrilla mas....
"Nuestro grupo _ informaría el radiotelegrafista Zander_ se había
dispersado. Cada tripulación buscaba salvarse lanzándose en picado para alejarse de allí a la mayor velocidad posible y ganar el mar".
De repente una fuerte sacudida zarandeo el aparato. Un fogonazo lo ilumino todo y por la cabina se extendió una defensa humareda. Una helada corriente de aire penetraba desde la parte delantera al resultar destrozado el puesto de pilotaje.
"En el puesto del piloto - prosigue el resumen de Zander -- todo estaba salpicado de sangre. Nuestro piloto había sido herido. Por el intercomunicador oí su voz susurrante que decía a Heinz Laube: ¡Lleva tu el avión hasta casa! Entretanto ya estábamos sobre el mar del Norte y pudimos actuar con cierta tranquilidad. El mecánico vendo provisionalmente al piloto que estaba gravemente herido. Y nuestro observador llevo el avión hábilmente, una vez que hubimos recibido una señalización por radio desde Amberes-Deurne, a pesar de estar prohibido pedirlas. Veinte minutos mas tarde, el primer teniente Laube, observador del avión y poseedor solamente de un titulo elemental del pilotaje, logro tomar tierra en la pista con todo acierto, aunque dando algunos brincos".
De este modo poco mas o menos lograron regresar algunos aviones: unos con un motor parado, otros con el tren de aterrizaje acribillado. Los fuselajes y las alas parecían coladores y en muchos de los aviones que regresaron había muertos y heridos entre la tripulación. Tras este 15 de septiembre, la Luftwaffe se había convencido con amargura de dos cosas mas:
Primero: la caza inglesa, no solo no había sido aniquilada, sino que se mostraba mucho mas fuerte que nunca.
Segundo: la escolta de caza tan insistentemente solicitada y que acompañaba a los bombarderos en estrechos contactos con ellos, solo resultaba eficaz en algunos aspectos. Al estar ligados los cazas a los mas lentos aviones de bombardeo, no podían sacar todo el partido a sus excepcionales características de vuelo y maniobra, teniendo por consiguiente que soportar en condiciones de inferioridad las acometidas de los cazas ingleses.

    Durante todo septiembre, Londres fue el centro de los ataques y muchisimas batallas se celebraron en su espacio aéreo.

Aerial View on the Battle of Britain

Bombardeo a una zona industrian londinense 
 

    Hitler abandono los planes de invasión, no solo por no doblegar a la RAF, si no también porque la flota de invasión, estacionada en puertos franceses, sufrió muchas bajas por ataques por el comando de bombarderos de la RAF.

    Los combates aéreos continuaron hasta Octubre, solo que un mucho menor escala y el 12 de Octubre, Hitler ordeno desmantelar la flota de invasión. El 31 fue declarado el fin de la batalla, la Luftwaffe se había desgastado y había perdido por un margen reducido y la perdida de pilotos experimentados había sido grave.

 

Adolf Galland y su caracteristico Me 109

 

    Adolf Galland, el piloto mas temido de la Luftwaffe, obtuvo 57 victorias en el frente del canal. Voló el Messerschmitt Bf 109 E4/N (Wk nr 5819) y fue el Geschwaderkommodore (comandante de escuadrón) de el III/JG 26 squadron. Defendiendo la RAF, "Johnnie" Johnson voló el Supermarine Spitfire IA y consiguió 38 victorias. Johnson solo participo en julio y agosto; porque sufrió una herida en su hombro y se reintegro a su escudaron hasta diciembre de 1940.

 

    Cerca de 500 pilotos britanicos y tripulaciones fueron muertos, 500 mas, fueron heridos y 915 aviones fueron destruidos. La Luftwaffe había sido golpeada y perdió 1733 aviones con sus respectivas tripulaciones. La inmortalidad de los pilotos de la RAF se vio plasmada cuando Churchill en un discurso, realizado el 20 de agosto, dijo "Nunca, en el campo del conflicto humano, tantos le debieron tanto a tan pocos".

 

 

 

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