INTEMPERIZANDO CON "MIG"MENTOS

 

¡Vuélvete adicto a los polvos sin terminar en Almoloya!


Sin lugar a dudas, el suceso modelístico más importante durante el año dos mil tres fue la visita de Miguel Jiménez "Mig" a nuestro país, como parte de las actividades de la Decimanovena Convención Nacional de Modelismo Estático, organizada por el IPMS México. Y es que después de escuchar a una de las figuras mas reconocidas hoy en día en cuanto a modelismo militar a escala se refiere, casi todos los modelistas que tuvimos la oportunidad de estar en contacto con él salimos disparados hacia nuestras mesas de trabajo para poner en práctica lo que habíamos aprendido, y pasados apenas unos pocos días después de que Mig se hubiera marchado de regreso a España, ya era posible observar en las reuniones de modelistas vehículos militares en los que claramente se habían aplicado las técnicas que él nos enseñó. Y yo, como partidario de la corriente del hiperrealismo, pues no podía sustraerme de la influencia de uno de sus principales expositores, así que en cuanto tuve oportunidad, me puse a experimentar. Y debo decir que la experiencia me ha resultado bastante enriquecedora, en especial, debido a que antes del contacto con Mig, no había usado nunca los pigmentos, que son la columna vertebral de su técnica. 

Contrario a lo que cree la mayoría, el uso de los pigmentos en el modelismo militar no es nuevo, ni es una aportación del modelismo europeo o japonés, ya que desde la década de los ochentas Sheperd Paine animaba a los modelistas a utilizar el polvo del gis pastel, solo que él prefería limitar su uso a simular polvo sobre el vehículo militar dentro del contexto de una maqueta, y no fue sino hasta muy recientemente que modelistas como Mig, Adam Wilder y Luciano Rodríguez comenzaron a difundir su uso en otras aplicaciones variadas, y no solo como polvo. 

Al respecto de la técnica y el uso general del pigmento se han dedicado ya varias páginas. Mig en concreto ha dedicado varias líneas a este tema, y como yo no quería hacer una mala copia de sus artículos, ni pretendo descubrir el hilo negro, he decidido enfocar el presente artículo a mi experiencia personal con el uso de los pigmentos, que sirva a otros modelistas que vengan detrás de mi para animarlos a que experimenten con estas técnicas que no eran tan comunes en nuestro país, ahorrándoles de paso algunos dolores de cabeza por los que yo tuve que pasar.

Los pigmentos se utilizan en el modelismo estático para intemperizar, de manera que para empezar necesitaba un modelo ya pintado (esto incluye filtros, lavados y aguadas), con calcomanías y todo. Y para experimentar como yo quería, seleccioné un Leopard 2 A4 en servicio en el ejército español. Como es un tanque reciente, que se conserva en buenas condiciones de mantenimiento, la pintura no se encuentra maltratada como en los tanques que están en el frente de batalla; pero como opera en un terreno seco y muy polvoriento, se presta a la perfección para realizar un intemperizado hecho primordialmente con pigmentos.




Para este trabajo utilicé dos pinceles; uno plano de cerdas no muy suaves, y otro delgado. También ocupé aguarrás bidestilado para diluir los pigmentos, y, por supuesto, los pigmentos que comercializa Mig. Yo utilicé tres colores de tierra para el polvo; uno muy claro, uno café medio y otro café oscuro, y un poco de color negro, que se usa como veremos más adelante.

Antes que nada, hay que tener bien presente que un color polvo realista no se obtiene con solo sacar el pigmento del frasco. Es necesario que combinemos los tres tonos de polvo que tenemos, hasta obtener el color deseado. Conviene mezclar una buena porción, para que el color del polvo no varíe de una parte del tanque a otra, y el mejor lugar para hacer esta mezcla es una superficie de plástico lisa, como una tarjeta de teléfono o un disco compacto que ya no uses.




Para comenzar, apliqué con el aerógrafo una capa general de pintura Tamiya de color Buff muy diluido con alcohol, insistiendo un poco mas en las zonas en las cuales se acumula el polvo. Aún cuando casi no se percibe, aún seco, sirve para matizar el modelo y para que el pigmento se adhiera con firmeza a la superficie. 




Luego comencé con la parte inferior del tanque, que es la que recoge mayor cantidad de polvo. Primero le di una mano de pigmento mas oscuro que el color definitivo, y luego lo humedecí con el aguarrás. Esta técnica la recomienda el propio Mig, para que la primera capa de pigmento se adhiera con fuerza a la superficie del modelo.




Una vez que esta primera capa de polvo secó, le damos una segunda capa del color anterior un poco aclarado, y de nuevo volvemos a humedecer con aguarrás.




Por último, ya que la segunda capa esta seca, le damos una tercera capa del pigmento del color mas claro. Esta representa la capa de polvo mas reciente, que no ha tenido tiempo de humedecerse y de mezclarse. En esta ocasión ya no humedecí con aguarrás, pero insistí con los pigmentos en las zonas altas, para darle algo de relieve a la parte inferior del tanque. ¡Y ya! La parte inferior del tanque estaba lista.




Las fotos de los tanques reales que tuve oportunidad de estudiar muestran que los leopard españoles terminan sus maniobras totalmente cubiertos de polvo. Tuve que luchar contra la tentación de excederme en el empolvado del modelo, porque el exceso me hubiera llevado a cubrir los detalles de la pintura y las calcomanías con el pigmento, así que me limité a impregnar generosamente el modelo en las partes que me parecieron claves para dar la sensación de que el tanque había estado avanzando en zonas áridas y polvosas de la campiña española. En primer lugar, empecé polveando la zona bajo la torreta del tanque, que por ser una zona oculta, tiende a llenarse de polvo y suciedad. Primero apliqué el pigmento espolvoreándolo directamente con un pincel, quité el exceso soplando sobre el mismo, y difuminé el resto con otro pincel, frotándolo contra la superficie. 




Los leopards (y hasta donde yo sé, todos los tanques de la OTAN), tienen unas planchas de antiderrapante sobre el chasis y algunas partes de la torreta, que sirven para que la tripulación pueda trepar sin problemas. Evidentemente, esta superficie rugosa acumula una buena cantidad de polvo, así que después de ubicar estas placas, hice lo mismo que bajo la torreta, es decir que primero les espolvoreé un poco de pigmento, y luego lo difuminé frotando con otro pincel limpio. La idea solo es sugerir el polvo atorado en una superficie rugosa. 




A continuación, para representar el polvo acumulado en zonas con las que la tripulación casi no tiene contacto, espolvoreé el pigmento directamente, y luego lo humedecí con aguarrás, pero a diferencia de lo que hicimos bajo el tanque, en que se trataba de fijar el pigmento en donde cayó, en estas zonas sí mezclé el pigmento con el aguarrás directamente sobre el modelo usando un pincel. Si lo aplicas procurando revolver bien el solvente y el pigmento, no quedan huellas de pincel y el resultado es una capa de color difuminado, pero bien evidente que representa el polvo que lleva tiempo acumulándose (fíjate en la foto, debajo de la lámpara).




En este momento empezó lo interesante, porque quería representar el polvo que se acumula en las rendijas del tanque, y en los resquicios de su superficie. Para ello, diluí una porción de pigmento con aguarrás, lo suficiente para obtener una mezcla fluida, y la apliqué con un pincel delgado en los recovecos en los que el polvo se debe acumular. 




Si diluimos un poco más la mezcla, esta técnica sirve para resaltar detalles en la superficie del tanque. 




O bien, con la mezcla no tan aguada, podemos representar las pequeñas concentraciones de polvo que se forman en torno a los soportes de las herramientas. 




Los accesorios del tanque que van mas expuestos al polvo se pueden detallar si primero les das una mano de pigmento diluido que se acumule en los recovecos, y luego, ya que esta mezcla secó, les das una mano con pigmentos en seco. 




Lo mismo hice en los faros, solo que procuré pintar solamente la mitad inferior, para que el pigmento no los cubriera del todo, y se pudiera apreciar algo de su brillo. Luego, ya con todos los accesorios en su lugar, apliqué algo de pigmento en seco con un pincel de cerdas suaves en el frente del tanque, una de las partes que más sucias se ven en las fotos, para complementar el efecto de empolvado.




La torreta también recoge polvo, particularmente al frente y en la zona posterior, donde va la canasta de equipaje y los lanzagranadas. La mano de pintura Buff ya nos había servido para que estas partes se vieran ligeramente empolvadas, pero adicionalmente apliqué algo de pigmento directamente al frente y a los costados de la torreta, en la parte baja, y utilicé pigmento combinado con aguarrás para realzar los detalles de los lanzagranadas y la parte trasera. Hay que tener cuidado en esta fase, ya que una vez que las hemos espolvoreado, si las llegamos a sujetar con los dedos sucios, podemos dejar marcada una huella en el pigmento.

En los faldones laterales, la parte más sucia de todo el tanque, primero perfilé los detalles utilizando la misma mezcla de pigmento y aguarrás, y luego espolvoreé pigmento en seco con un pincel. Como en este caso es casi seguro que cualquier observador va a tocar los faldones, es necesario implementar algo para que el pigmento no se manche ni se pierda en cada manejo. Si bien una alternativa era darle una mano muy suave de laca transparente, como me interesaba conservar el color polvo lo mas posible yo experimenté aplicando otro poco de Buff muy disuelto, solo para ayudar a que el pigmento afiance en su sitio, y creo que el resultado no luce mal.




Las ruedas están intemperizadas de una forma más ortodoxa; sobre la pintura del modelo, les di una rociada con Buff no tan diluido como lo había venido usando, pero además en su interior les puse un poco de pigmento en seco, representado manchas de polvo acumulado.




Y ya que estaba satisfecho con el empolvado, utilicé un poco de pigmento de color negro alrededor de la boca del cañón y del escape del motor, para representar el hollín que dejan en estos lugares los gases que escapan. Mig recomienda que para los frenos de boca de los cañones, después de ensuciarlos con pigmento negro, les apliquemos un poco de grafito de lápiz en polvo que frotamos directamente, solo que esto no lo hice en esta ocasión, ya que si bien es correcto para los cañones de la segunda guerra mundial que estaban en uso constante, no es lo indicado para un cañón de un tanque moderno que apenas y dispara un par de cartuchos reales durante las prácticas.





 



Terminado. Si acaso solo faltará poner un poco de pigmento en ciertas partes de las orugas, pero el tanque en si ya esta intemperizado. Y la verdad es que estoy satisfecho con los resultados que he obtenido. Los pigmentos no son tan difíciles de utilizar como muchos piensan. Es solo cuestión de perder el miedo a estropear las cosas y experimentar un poco. La pintura con pigmento es un estupendo complemento para las otras técnicas de intemperizado que conozco, y estoy seguro que conforme su uso se vaya generalizando van a aparecer nuevos trucos y técnicas para usarlos y enriquecer la gama de posibilidades que nos ofrece. Recuerda que no existe el modelismo teórico, de modo que vamos de regreso a la mesa de trabajo a seguir probando, y ojalá que mi experiencia te sirva a ti para enriquecer tu propio estilo y técnica. 

Trabajo proporcionado por: Edgar Martínez (Emeryan)

 

 

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